Por el viejo camino a las altas cumbres, cerca de donde quedaron amarrados los legendarios puentes colgantes a las columnas de granito, se abre a lo lejos, un antiguo sendero escondido detrás una pequeña tranquera. Por fortuna o por olvido, permaneció cerrada hasta mucho después que los baqueanos dejaran de transitar por el lugar. Esto permitió que el ganado no depredara el sitio y que el paisaje permanezca casi original.
El sendero perdido, custodiado a sus márgenes por altos pajonales, mentas peperinas y carquejas que sobrevivieron del sobrepastoreo y los grandes incendios; nos invita a recorrer su secreto postergado. Conduciéndonos a través mallines y quebradas hacia nacimiento del río Icho Cruz.
Grandes hoyas, quebradones, viejos aleros dan cuenta de bellos paisajes que no dejan de sorprender, y elevan el espíritu del caminante.
El sendero perdido, custodiado a sus márgenes por altos pajonales, mentas peperinas y carquejas que sobrevivieron del sobrepastoreo y los grandes incendios; nos invita a recorrer su secreto postergado. Conduciéndonos a través mallines y quebradas hacia nacimiento del río Icho Cruz.
Grandes hoyas, quebradones, viejos aleros dan cuenta de bellos paisajes que no dejan de sorprender, y elevan el espíritu del caminante.
Longitud total: 8 km. aprox.
Tiempo del trekking (ida y vuelta con
paradas): 5 hs.
Dificultad: Media.
Pendiente: Moderada.
Estación: Todo el año (estival con probabilidad de lluvias).